Jueves 10 de febrero

Memoria de santa Escolástica, Virgen

Antífona de Entrada

Como las vírgenes prudentes, santa Escolástica conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.

Oración Colecta

Al celebrar la fiesta de santa Escolástica, te pedimos, Señor, que, a imitación suya, aprendamos a servirte con un amor infatigable y a disfrutar profundamente tu amistad.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura

Porque has sido infiel a mi alianza, te voy a arrebatar el reino. Pero, por consideración a David, le dejaré a tu hijo una tribu
Lectura del primer libro de los Reyes 11, 4-13

Cuando el rey Salomón envejeció, sus mujeres le desviaron el corazón hacia otros dioses; su corazón ya no perteneció por entero al Señor, como el corazón de David, su padre.

Salomón dio culto a Astarté, diosa de los fenicios, y a Moloc, el abominable ídolo de los amonitas. Hizo lo que el Señor reprueba; no se mantuvo plenamente fiel al Señor, como David, su padre. Sobre el monte que está frente a Jerusalén construyó un altar a Kemós, ídolo de Moab, y otro a Moloc, ídolo de los amonitas. Y también mandó construir altares para que sus mujeres extranjeras pudieran quemar incienso y ofrecer sacrificios a sus dioses.

Esto irritó al Señor, porque Salomón había desviado su corazón del Señor, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y le había prohibido precisamente dar culto a otros dioses.

Pero Salomón no lo obedeció. Entonces el Señor le dijo: «Porque te has portado así conmigo y has sido infiel a mi alianza y a los mandamientos que te di, te voy a arrebatar el reino y se lo voy a dar a un siervo tuyo. Sin embargo, por consideración a David, tu padre, no lo haré durante tu vida, sino en vida de tu hijo. Pero no le voy a quitar todo el reino; por amor a mi siervo, David, y a Jerusalén, mi ciudad predilecta, le dejaré a tu hijo una tribu».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 105
Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.

Dichosos los que cumplen la ley y obran siempre conforme a la justicia. Por el amor que tienes a tu pueblo, acuérdate de nosotros, Señor, y sálvanos.
Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.

Nuestros padres se unieron con paganos y aprendieron sus prácticas; dieron culto a los ídolos y éstos fueron para ellos como una trampa.
Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.

Entonces entregaron hijos e hijas en sacrificio a los demonios, y el Señor renegó de su pueblo y estalló su enojo.
Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes, y es capaz de salvarlos.
Aleluya.

Evangelio

Los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 24-30

En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies. Aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija.

Él le respondió: «Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos». La mujer le replicó: «Sí, Señor, pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños». Entonces Jesús le contestó: «Anda, vete, por eso que has dicho el demonio ha salido ya de tu hija». Al llegar a su casa la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Escolástica, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Antífona de la Comunión

Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.

Oración después de la Comunión

Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Escolástica, virgen.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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