Domingo 24 de abril

Reflexión sobre el evangelio

La duda del apóstol Tomás mueve al Señor a darle una prueba especial de la realidad de su cuerpo resucitado. Así confirma al mismo tiempo la fe de los que más tarde habían de creer en Él. «¿Es que pensáis –comenta san Gregorio Magno– que aconteció por pura casualidad que estuviera ausente entonces aquel discípulo elegido, que al volver oyese relatar la aparición, y que al oír dudase, dudando palpase y palpando creyese? No fue por casualidad, sino por disposición de Dios. La divina clemencia actuó de modo admirable para que tocando el discípulo dubitativo las heridas de carne en su Maestro, sanara en nosotros las heridas de la incredulidad (…). Así el discípulo, dudando y palpando, se convirtió en testigo de la verdadera resurrección» (In Evangelia homiliae, 26,7).

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s