Lunes 2 de mayo

Reflexión sobre el evangelio

«No me andan buscando por haber visto señales milagrosas»: El Señor comienza corrigiendo la falta de rectitud de intención que les movía a seguirle, preparándoles así para entender la doctrina del discurso eucarístico. «Me buscáis –comenta San Agustín– por motivos de la carne, no del espíritu. ¡Cuántos hay que buscan a Jesús, guiados sólo por intereses temporales! (…). Apenas se busca a Jesús por Jesús» (In Ioannis. Evangelium Tractatus., 25,10). Comienza en este punto el llamado Discurso del Pan de Vida, que abre con una introducción a modo de diálogo entre Jesús y los judíos, donde el Señor se revela como el que viene a traer los dones mesiánicos. Sigue la primera parte del discurso, en la que Jesús se presenta como el Pan de Vida, en cuanto que la fe en Él es alimento para la vida eterna. En la segunda parte Cristo revela el misterio de la Eucaristía: Él es el Pan de Vida que se da sacramentalmente como verdadera comida.

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