Reflexión sobre el evangelio
Jesús dice que no podemos aceptar este misterio pensando de modo carnal, es decir, atendiendo exclusivamente a lo que aprecian nuestros sentidos o partiendo de una visión de las cosas meramente natural. Sólo quien escucha sus palabras y las recibe como revelación de Dios, que es «espíritu y vida», está en disposición de aceptarlas.