Reflexión sobre el Evangelio
«El que me ve a mí, ve a Aquél que me ha enviado»: Cristo, el Verbo Encarnado, es uno con el Padre; es «el esplendor de su gloria» (Hb 1,3), «la imagen perfecta de Dios invisible» (Col 1,15). En otra parte del Evangelio de Juan, Jesús se expresa casi con las mismas palabras al decir: «El que me ha visto a mí ha visto al Padre» (Jn 14,9). Al mismo tiempo que habla de la unidad con el Padre, aparece de forma clara la distinción entre las personas divinas: el Padre, que envía, y el Hijo, que es enviado.