Reflexión sobre el Evangelio
«Ya no hablaré muchas cosas con ustedes»: Es cierto que el mundo es bueno porque ha salido de las manos del Creador, y que tanto le amó Dios que le entregó a su Hijo Unigénito. Sin embargo, por mundo se entiende en este pasaje el conjunto de los hombres que rechazan a Cristo; por ello, príncipe de ese mundo es el demonio. Este se opone a la obra de Jesús ya desde el comienzo de su vida pública en las tentaciones del desierto. Ahora, en la Pasión, vuelve a aparecer para obtener la victoria sobre Cristo, aunque sea momentánea y aparente. Esta es la hora del poder de las tinieblas, en la que, sirviéndose del traidor, el demonio consigue que prendan al Señor y le crucifiquen.