Reflexión sobre el Evangelio
Jesucristo revela aquí algunos aspectos del misterio de la Santísima Trinidad. Enseña la igualdad de naturaleza de las tres divinas Personas al decir que todo lo que tiene el Padre es del Hijo, que todo lo que tiene el Hijo es del Padre (cfr Jn 17,10) y que el Espíritu Santo posee también aquello que es común al Padre y al Hijo, es decir, la esencia divina. Acción propia del Espíritu Santo será glorificar a Cristo, recordando y aclarando a los discípulos lo que el Maestro les enseñó (Jn 16,13). Los hombres, al reconocer al Padre a través del Hijo movidos por el Espíritu, glorifican a Cristo: y glorificar a Cristo es lo mismo que dar gloria a Dios.