Reflexión sobre el Evangelio
«Tus ojos son la luz de tu cuerpo»: En estos versículos tenemos otra pequeña joya de la enseñanza sapiencial de Jesús. Comienza con una sentencia que inmediatamente es explicada. El Maestro emplea la imagen del ojo como lamparilla del cuerpo al que da luz. La exégesis cristiana ha visto en ese «ojo» y esa «lámpara» la intencionalidad de nuestros actos. Santo Tomás lo explica así: «Con el ojo se significa la intención. El que quiere hacer una cosa, primero la pretende: así, si tu intención es lúcida –sencilla, transparente–, es decir, encaminada a Dios, todo tu cuerpo, o sea, todas tus acciones serán lúcidas, dirigidas sinceramente al bien» (Comentario sobre S. Mateo, 6,22-23).