Reflexión sobre el Evangelio
Condena aquí Jesús el juicio que hacemos temerariamente de nuestros hermanos, cuando por ligereza o por malignidad juzgamos peyorativamente de su conducta, de sus sentimientos o de sus intenciones. El malicioso dicho «piensa mal y acertarás» está en contra de la doctrina de Jesucristo. San Pablo, al hablar de la caridad cristiana, señala como notas sobresalientes: «La caridad es paciente, (…) es benigna; (…) no toma en cuenta el mal, (…) todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Co 13,4.5.7).
Como en otros lugares, los verbos en voz pasiva («seréis juzgados», «se os medirá») tienen como sujeto agente a Dios, aunque no esté explícitamente dicho: «No juzguéis ‘a los demás’ y no seréis juzgados ‘por Dios’». Es claro que el juicio del que se habla aquí es siempre un juicio condenatorio; por tanto, si no queremos ser condenados por Dios, no condenemos nunca al prójimo.