Reflexión sobre el Evangelio
«Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia»: Aquel hombre sólo está interesado por sus propios problemas; solo ve en Jesús a un maestro de reconocida autoridad y prestigio para resolverle su caso. El personaje puede muy bien representar a quienes acuden a la autoridad religiosa no para pedir una orientación en su vida espiritual sino para resolver sus asuntos materiales. Jesús, decididamente, se desentiende de semejante petición. Y no es por insensibilidad ante una situación de posible injusticia familiar, sino porque intervenir en tales asuntos no es propio de su misión redentora.