Reflexión sobre el Evangelio
La parábola va dirigida directamente al pueblo judío. Dios lo llamó a primera hora, desde hacía siglos. Últimamente ha llamado también a los gentiles. Todos son llamados con el mismo derecho a formar parte del nuevo Pueblo de Dios, que es la Iglesia. Para todos la invitación es gratuita. Por eso, los judíos, que fueron llamados primero, no tendrían razón al murmurar contra Dios por la elección de los últimos, que tienen el mismo premio: formar parte de su Pueblo. A primera vista, la protesta de los jornaleros de primera hora parece justa. Y lo parece, porque no entienden que poder trabajar en la viña del Señor es un don divino. Jesús deja claro con la parábola que son diversos los caminos por los que llama, pero que el premio es siempre el mismo: el Cielo.