Reflexión sobre el Evangelio
Responde Jesús a una cuestión planteada por los fariseos cuya preocupación principal era cumplir todos los mandamientos contenidos en las leyes mosaicas y que alcanzaban el número de 613. Jesús enseña que toda la Ley se condensa en los dos mandamientos del amor (Dt 6,5; Lv 19,18). El primero es el más importante porque el amor al prójimo es consecuencia y efecto del amor a Dios: cuando es amado el hombre, es amado Dios ya que el hombre es imagen de Dios (cfr S. Tomás de Aquino, Sup. Ev. Matt. in loc.). Respecto a la intensidad de ese amor a Dios escribía San Bernardo: «Tú me preguntas por qué razón y con qué método o medida debe ser amado Dios. Yo contesto: la razón para amar a Dios es Dios; el método y medida es amarle sin método ni medida» (De dilig. Deo 1,1).