Reflexión sobre el Evangelio
«Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios»: La sabiduría que aquí se menciona es la Sabiduría divina, que es por excelencia el mismo Cristo. «Hijo de la Sabiduría» es un hebraísmo que significa sencillamente «sabio»; a su vez es verdaderamente sabio el que llega a conocer a Dios, le ama y se salva: en una palabra, el santo.
La sabiduría divina se manifiesta en la creación y gobierno del universo y, sobre todo, en la salvación del género humano. Que los sabios ‘justifiquen’ la sabiduría parece significar que los sabios, los santos, den testimonio de Cristo con su vida santa: «Alumbre así vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos» (Mt 5,16).