Domingo 18 de septiembre

Reflexión sobre el Evangelio

La parábola del administrador infiel puede desconcertarnos porque, a veces, entendemos las parábolas, que quieren resaltar una enseñanza, como alegorías en las que cada elemento o cada personaje tienen un significado. El Señor da por supuesta la inmoralidad de la actuación del administrador; pero quiere enseñar a sus discípulos que deben servirse de la sagacidad y el ingenio para la extensión del Reino de Dios: «¡Qué afán ponen los hombres en sus asuntos terrenos!: ilusiones de honores, ambición de riquezas, preocupaciones de sensualidad. –Ellos y ellas, ricos y pobres, viejos y hombres maduros y jóvenes y aún niños: todos igual. –Cuando tú y yo pongamos el mismo afán en los asuntos de nuestra alma tendremos una fe viva y operativa: y no habrá obstáculo que no venzamos en nuestras empresas de apostolado» (S. Josemaría Escrivá, Camino 317).

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