Viernes 7 de octubre

Fiesta de nuestra Señora la Virgen del Rosario

Antífona de Entrada

Te saludamos, María, la llena de gracia; el Señor está contigo. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

Oración Colecta

Señor, tú que nos has hecho conocer el misterio gozoso de la Encarnación de tu Hijo, concédenos tu gracia, por intercesión de la santísima Virgen María, para acompañar a Cristo en los misterios dolorosos de su pasión y muerte y poder participar así de su gloriosa resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura

Perseveraban unánimes en la oración
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1,12-14

Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista de la ciudad lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde se alojaban, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago (el hijo de Alfeo), Simón el cananeo y Judas, el hijo de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús, con los parientes de Jesús y algunas mujeres.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Lucas 1
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre. Y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero. Destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.
Aleluya.

Evangelio

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin».

María le dijo entonces al ángel: «¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios».

María contestó: «Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho». Y el ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que el memorial de los misterios de nuestra redención, transforme, Señor, nuestra vida y nos haga dignos de la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Antífona de la Comunión

Vas a concebir y a dar a luz un Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

Oración después de la Comunión

Por medio de esta Eucaristía, en la que hemos proclamado la muerte y resurrección de tu Hijo, concédenos, Señor, la gracia de participar con nuestros sufrimientos en la pasión de Cristo, para que podamos participar también de su gloriosa resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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