Reflexión sobre el Evangelio
De todos los leprosos, sólo uno, el samaritano que vuelve alabando y agradeciendo el milagro, recibe un don aún mayor que la curación de la lepra. Jesús, en efecto, le dice: «Tu fe te ha salvado», y alaba las manifestaciones de agradecimiento de este hombre. El Evangelio nos ha conservado la escena para enseñanza nuestra. «Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. –Porque te da esto y lo otro. –Porque te han despreciado. –Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes. –Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. –Porque creó el Sol y la Luna y aquel animal y aquella otra planta. –Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso… Dale gracias por todo, porque todo es bueno» (S. Josemaría Escrivá, Camino, n. 268).