Domingo 16 de octubre

Reflexión sobre el evangelio

La parábola del juez injusto es una enseñanza muy expresiva acerca de la eficacia de la oración perseverante y firme. A su vez constituye la conclusión de la doctrina sobre la vigilancia, expuesta en los versículos anteriores (17,23-26). El hecho de comparar al Señor con una persona como ésta, pone de relieve el contraste entre ambos: si hasta un juez injusto termina por hacer justicia a aquel que insiste con perseverancia, cuánto más Dios, infinitamente justo y Padre nuestro, escuchará las oraciones perseverantes de sus hijos. Dios, en efecto, hará justicia a sus elegidos que claman a Él sin cesar.

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