Reflexión sobre el evangelio
Los que escuchaban a Jesús sabían por experiencia predecir el tiempo. En cambio, conociendo los signos anunciados por los profetas sobre la venida del Mesías, escuchando ahora sus enseñanzas y viendo sus Milagros, no quieren reconocerlos ni sacar las consecuencias. Esta postura que no fue exclusiva de muchos de los contemporáneos de Jesucristo, se vuelve a producir de modo muy especial en nuestros días, revistiendo algunas de las formas del ateísmo reprobadas por el Concilio Vaticano II: «Quienes voluntariamente pretenden apartar de su corazón a Dios y soslayar las cuestiones religiosas desoyen el dictamen de su conciencia y, por tanto, no carecen de culpa» (Conc. Vaticano II, Const. Past. Gaudium et spes, n. 19).