Reflexión sobre el Evangelio
Nuestro Señor habla de fidelidad en lo poco refiriéndose a las riquezas, ya que en realidad éstas son muy poca cosa comparadas con los bienes espirituales. Si el hombre es fiel, generoso y desprendido en el uso de esas riquezas caducas, recibirá al final el premio de la vida eterna, la riqueza máxima y definitiva. Por otra parte, la vida humana por su misma naturaleza es un entramado de cosas pequeñas; quien no les preste atención no podrá realizar las cosas grandes.