Reflexión sobre el Evangelio
Los discípulos, al oír que Jerusalén iba a ser destruida, preguntan cuál será la señal que anuncie este acontecimiento. Jesús contesta con una advertencia: «Cuídense de que no los engañen», es decir, no esperéis ningún aviso; no os dejéis llevar por falsos profetas, permaneced fieles a Mí. Esos falsos profetas se presentarán afirmando que son el Mesías, esto es lo que significa la expresión «yo soy». La respuesta del Señor se refiere en realidad a dos acontecimientos, que la mentalidad judía veía relacionados entre sí: la destrucción de la Ciudad Santa y el fin del mundo. Por eso hablará a continuación de ambos acontecimientos y dejará entrever que debe transcurrir un largo tiempo entre ellos; la destrucción del Templo y de Jerusalén es como un signo, un símbolo de las catástrofes que acompañarán el final del mundo.