Reflexión sobre el Evangelio
Zaqueo, en su inmediata correspondencia a la gracia, manifiesta el propósito de devolver el cuádruple de lo que injustamente podría haber defraudado. Con esto va más allá de lo que ordena la Ley de Moisés. Además, en una generosa compensación, entrega a los pobres la mitad de sus bienes. «Aprendan los ricos –comenta san Ambrosio– que no consiste el mal en tener riquezas, sino en no usar bien de ellas; porque, así como las riquezas son un impedimento para los malos, son también un medio de virtud para los buenos» (Expositio Evangelii sec. Lucam, in loc.).