Reflexión sobre el Evangelio
El Señor no quiere que los discípulos puedan confundir cualquier catástrofe –hambres, terremotos, guerras– o las mismas persecuciones con señales que anuncien la proximidad del final del mundo. La exhortación de Jesús es clara: «No os aterréis», porque esto ha de suceder, «pero el fin no es inmediato», sino que, en medio de tantas dificultades, el Evangelio se irá extendiendo hasta los confines del orbe. Estas circunstancias adversas no deben paralizar la predicación de la fe.