Reflexión sobre el Evangelio
«Raza de víboras…»: San Juan echa en cara a los fariseos y saduceos las disposiciones con que acuden a él. No se trata de un rito más de purificación. Sino que la predicación y el bautismo de Juan exigen una verdadera conversión interior del alma, disposición necesaria para alcanzar la gracia de la fe en Jesús. A la luz de estas consideraciones se entiende la dureza de las palabras proféticas del Bautista, porque, en efecto, gran parte de ellos rechazaron a Jesús como Mesías.