Reflexión sobre el Evangelio
Con Juan se cierra el Antiguo Testamento y se llega al umbral del Nuevo. La dignidad del precursor está en presentar a Cristo, en darle a conocer a los hombres. Dios le había asignado la alta misión de preparar a sus contemporáneos para escuchar el Evangelio. La fidelidad del Bautista es reconocida y proclamada por Jesús. Este elogio es un premio a la humildad de Juan que, consciente de su misión, había dicho: «Es necesario que él crezca y que yo disminuya» (Jn 3,30).