Viernes 23 de diciembre

Reflexión sobre el evangelio

«En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua»: En este hecho milagroso se cumplió exactamente lo que había profetizado el ángel Gabriel a Zacarías, cuando el anuncio de la concepción y nacimiento del Bautista. Observa San Ambrosio: «Con razón se soltó en seguida su lengua, porque la fe desató lo que había atado la incredulidad» (Expositio Evangelii sec. Lucam, in loc.). Es un caso semejante al del apóstol santo Tomás, que se había resistido a creer en la Resurrección del Señor, y creyó después de las pruebas evidentes que le dio Jesús resucitado. Con estos dos hombres Dios hace el milagro y vence su incredulidad; pero ordinariamente Dios nos exige fe y obediencia sin realizar nuevos milagros. Por eso reprendió y castigó a Zacarías, y reprochó al apóstol Tomás: «Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto han creído» (Jn 20,29).

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