Reflexión sobre el Evangelio
El pasaje nos muestra la oración, llena de fe y confianza, de un hombre que necesita la ayuda de Jesús y la pide seguro de que, sin quiere el Señor, tiene el poder para librarlo del mal que padece. «Aquel hombre se arrodilla postrándose en tierra –lo que es señal de humildad y de vergüenza–, para que cada uno se avergüence de las manchas de su vida. Pero la vergüenza no ha de impedir la confesión: el leproso mostró la llaga y pidió el remedio. Su confesión está llena de piedad y de fe. Si quieres, dice, puedes: esto es, reconoció que el poder curarse estaba en manos del Señor» (San Beda, In Marci Evangelium expositio, in loc).