Reflexión sobre el Evangelio
«Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte»: El Señor invita a los fariseos, obcecados y endurecidos a hacer una consideración sencilla: si alguien echa al demonio, esto quiere decir que es más fuerte que él. Es una exhortación más a reconocer en Jesús al Dios «fuerte», al Dios que con su poder libera al hombre de la esclavitud del demonio. Ha terminado el dominio de Satanás: el príncipe de este mundo está a punto de ser arrojado fuera. La victoria de Jesús sobre el poder de las tinieblas, que culmina en su Muerte y Resurrección, demuestra que la luz está ya en el mundo. Lo dijo el mismo Señor: «Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo va a ser arrojado fuera. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Jn 12,31-32).