7ª Semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y clemente, y rico en misericordia con quien te invoca.
Oración Colecta
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Prepárate para la prueba
Lectura del libro del Eclesiástico 2, 1-13
Hijo mío, si te propones servir al Señor, prepárate para la prueba; mantén firme el corazón y sé valiente; no te asustes en el momento de la adversidad. Pégate al Señor y nunca te desprendas de él, para que seas recompensado al fin de tus días.
Acepta todo lo que te sobrevenga, y en los infortunios ten paciencia, pues el oro se purifica con el fuego y el hombre a quien Dios ama, en el crisol del sufrimiento.
Confíate al Señor y él cuidará de ti; espera en él y te allanará el camino. Los que temen al Señor, esperen en su misericordia; no se alejen de él y no caerán. Los que temen al Señor, confíen en él, porque no los dejará sin recompensa. Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, su misericordia y la felicidad eterna.
Miren a sus antepasados y comprenderán. ¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado? ¿Quién perseveró en su santo temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y fue desatendido? El Señor es clemente y misericordioso; él perdona los pecados y salva en el tiempo de la tribulación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 36
La salvación del justo es el Señor.
Confía en el Señor, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría, y te dará el Señor cuanto deseas.
La salvación del justo es el Señor.
Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía; hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía.
La salvación del justo es el Señor.
El Señor aprueba el camino de los justos, asegura todos sus pasos; no quedarán por tierra cuando caigan, porque el Señor los tiene de su mano.
La salvación del justo es el Señor.
La salvación del justo es el Señor, en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los malvados.
La salvación del justo es el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.
Aleluya.
Evangelio
El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quisiera ser el primero, que sea el último de todos
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon del monte y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaum, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutían por el camino?» Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quien era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazo y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Oración después de la Comunión
Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.