Viernes 24 de febrero

Reflexión sobre el Evangelio

«¿Por qué tus discípulos no ayunan (…)?»: El interés de la cuestión que plantea este pasaje radica, no en saber qué ayunos practicaban los judíos contemporáneos de Jesús, y en especial los fariseos y los discípulos de Juan el Bautista, sino en saber cuál es la razón por la que Jesús no obliga a sus discípulos a tales ayunos. La respuesta que da aquí el Señor es a la vez una enseñanza y una profecía. El cristianismo no es un mero remiendo al antiguo traje del judaísmo. La redención obrada por Cristo implica una total regeneración. Su espíritu es demasiado nuevo y pujante para ser amoldado a las viejas formas penitenciales, cuya vigencia caducaba.

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