Reflexión sobre el Evangelio
«Jesús le dijo: ‘Dame de beber’»: Jesús ha venido a salvar lo que estaba perdido. No ahorrará ningún esfuerzo para conseguirlo. Proverbiales eran los odios entre judíos y samaritanos; pero Jesucristo no excluye a nadie, sino que su amor se extiende a todas las almas, y por todas y cada una va a derramar su sangre. Inicia el diálogo con esta mujer mediante una petición, que indica la gran delicadeza de Dios con los hombres: Dios Omnipotente pide un favor a la pobre criatura humana. «Dame de beber»: Jesús pide de beber no sólo por la sed física sino porque tenía sed de la salvación de los hombres, por amor a ellos. Estando enclavado en la Cruz volvió a decir: «Tengo sed».