Viernes 24 de marzo

Reflexión sobre el Evangelio

A lo largo de este capítulo del Evangelio de Juan, aparecen frecuentemente las dudas y el desconcierto de los judíos. Discuten entre ellos si Jesús es el Mesías, o un profeta, o un impostor; no saben de dónde le viene su sabiduría, le contestan irritados y se extrañan de la actitud del Sanedrín. Sin embargo, a pesar de las señales que han visto (milagros, doctrina), se resisten a creer que Jesús es el Mesías. Posiblemente unos pensaban que era de Nazaret, hijo de José y de María, lo cual no se avenía con la idea común derivada del vaticinio de Isaías (Is 53,1-8), de que se desconocería el origen del Mesías, a excepción de su estirpe davídica y su lugar de nacimiento, Belén. Jesús, en realidad, cumplía estas predicciones proféticas aunque la mayoría de los judíos no estaban bien informados, pues desconocían su nacimiento virginal en Belén y su ascendencia davídica. Otros, en cambio, debían de conocer mejor la estirpe davídica de Jesús, su nacimiento en Belén, etc., pero no querían aceptar sus palabras, porque llevaban consigo las exigencias de una conversión moral y mental a la que se cerraban culpablemente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s