Reflexión sobre el evangelio
Además de alabar el gesto magnánimo de María, el Señor anuncia veladamente la proximidad de su muerte, y hasta se vislumbra que será tan inesperada que apenas habrá tiempo para embalsamar su cuerpo tal como solían hacerlo los judíos (Lc 23,56). Jesús no niega el valor de la limosna que tantas veces recomendó, ni la preocupación por los pobres, sino que descubre la hipocresía de aquellos que, como Judas, aducen falsamente motivos nobles para no dar a Dios el honor debido.