Martes 4 de abril

Reflexión sobre el evangelio

«Se conmovió profundamente»: El dolor de Cristo es proporcionado a la gravedad de la ofensa. Judas era uno de los elegidos por Jesús para ser Apóstol: durante tres años había tenido un trato familiar e íntimo con Él, le había seguido a todas partes, había visto sus milagros, oído su doctrina divina y experimentado la ternura de su corazón… Y después de todo esto, en el momento decisivo, Judas no sólo abandona al Maestro sino que le traiciona y le vende. La traición de un íntimo es mucho más dolorosa y cruel que la de un extraño porque supone una falta de lealtad. También la vida espiritual del cristiano es verdadera amistad con Cristo; por eso se asienta sobre la lealtad, la honradez y la fidelidad a la palabra dada.

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