Reflexión sobre el evangelio
Juan, que llegó antes –quizá porque era más joven–, no entró por deferencia hacia Pedro. Esto insinúa que ya entonces Pedro era considerado como cabeza de los Apóstoles. Las palabras que emplea el Evangelista para describir lo que Pedro y él vieron en el sepulcro vacío expresan con vivo realismo la impresión que les causó lo que allí encontraron, y cómo quedaron grabados en su memoria algunos detalles a primera vista irrelevantes. Hasta tal punto fueron significativas las características que presentaba el sepulcro vacío, que les hicieron intuir de algún modo la Resurrección del Señor.