Reflexión sobre el Evangelio
Cristo se aplica a sí mismo la imagen de la puerta por la que se entra en el aprisco de las ovejas que es la Iglesia. «La Iglesia –enseña el Concilio Vaticano II– es un redil cuya única y obligada puerta es Cristo (cfr Jn 10,1-10). Es también una grey de la que el mismo Dios se profetizó pastor (cfr Is 40,11; Ez 34,11-55), y cuyas ovejas, aunque conducidas ciertamente por pastores humanos, son, no obstante, guiadas y alimentadas continuamente por el mismo Cristo, el Buen Pastor y príncipe de los Pastores (cfr Jn 10,11; 1 P 5,4) que dio su vida por las ovejas (cfr Jn 10,11-15)» (Const. Dogm. Lumen gentium, n. 6).