Reflexión sobre el Evangelio
Quien no está unido a Cristo por medio de la gracia tendrá, finalmente, el mismo destino que los sarmientos secos: el fuego. Es claro el paralelismo con otras imágenes de la predicación del Señor acerca del Infierno: las parábolas del árbol bueno y del malo (Mt 8,15-20), de la red barredera (Mt 13,49-50), del invitado a las bodas (Mt 22,11-14), etc. San Agustín comenta así este pasaje: «Los sarmientos de la vid son de lo más despreciable si no están unidos a la cepa; y de lo más noble si lo están (…). Si se cortan no sirven de nada ni para el viñador ni para el carpintero. Para los sarmientos una de dos: o la vid o el fuego. Si no están en la vid, van al fuego: para no ir al fuego, que estén unidos a la vid» (In Ioannis Evangelium Tractatus., 81,3).