Reflexión sobre el Evangelio
El amor de Cristo a los cristianos es reflejo del amor que las tres divinas Personas tienen entre Sí y hacia los hombres: «Amemos a Dios porque Él nos amó primero» (1 Jn 4,19). La seguridad de que Dios nos ama es la raíz de la alegría y gozo cristianos, pero al mismo tiempo exige nuestra correspondencia fiel, que debe traducirse en un deseo ferviente de cumplir la Voluntad de Dios en todo, es decir, sus mandamientos, a imitación de Jesucristo que cumplió la Voluntad del Padre.