Reflexión sobre el Evangelio
La palabra «mundo» designa aquí a los que no han creído en Cristo y le han rechazado. A éstos el Espíritu Santo les acusará de pecado por su incredulidad. Les argüirá de justicia porque mostrará que Jesús era el Justo que jamás cometió pecado alguno (cfr Ioh 8,46; Heb 4,15), y por eso es glorificado junto al Padre. Por último argüirá de juicio al hacer patente que el Demonio, príncipe de este mundo, ha sido vencido mediante la Muerte de Cristo, por la cual el hombre es rescatado del poder del Maligno y capacitado, por la gracia, para vencer sus asechanzas.