Viernes 26 de mayo

Fiesta de san Felipe y Santiago, Apóstoles

Antífona de Entrada

Estos santos varones han sido escogidos por Dios en su infinito amor y han recibido de él la gloria eterna. Aleluya.

Oración Colecta

Señor, tú que llenas de alegría a tu Iglesia con la festividad de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, vivir, como ellos, unidos a tu Hijo para que podamos llegar a contemplarte eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura

Pablo asegura que está vivo un hombre llamado Jesús, que había muerto
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 25,13-21

En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo. Como se detuvieron algún tiempo allí, Festo expuso al rey el caso de Pablo con estas palabras:

«Tengo aquí un preso que me dejó Félix, cuya condenación me pidieron los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, cuando estuve en Jerusalén. Yo les respondí que no era costumbre romana condenar a ningún hombre, sin carearlo antes con sus acusadores, para darle la oportunidad de defenderse de la acusación.

Vinieron conmigo a Cesarea, y sin dar largas al asunto, me senté en el tribunal al día siguiente y mandé que compareciera ese hombre. Los acusadores que se presentaron contra él, no le hicieron cargo de ninguno de los delitos que yo sospechaba. Se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo.

No sabiendo qué determinación tomar, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para que se le juzgara allá de esos cargos; pero como él pidió ser juzgado por el César, ordené que siguiera detenido hasta que yo pudiera enviárselo».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 102
Bendigamos al Señor. Aleluya.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvidos de sus beneficios.
Bendigamos al Señor. Aleluya.

Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
Bendigamos al Señor. Aleluya.

En el cielo el Señor puso su trono y su reino abarca el universo. Bendigan al Señor todos los ángeles, ejecutores fieles de sus órdenes.
Bendigamos al Señor. Aleluya.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».

Por segunda vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le respondió: «Sí, Señor; tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Pastorea mis ovejas».

Por tercera vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás lo brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras». Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: «Sígueme».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta festividad de tus santos Apóstoles Felipe y Santiago y concédenos celebrar esta Eucaristía, con sinceridad y pureza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Antífona de la Comunión

Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Felipe, el que me ha visto a mí, ha visto también al Padre. Aleluya.

Oración después de la Comunión

Que esta sagrada comunión purifique, Señor, nuestros corazones a fin de que podamos, como Felipe y Santiago, conocerte y amarte en tu Hijo y obtengamos así la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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