Jueves 9 de mayo

Reflexión sobre el Evangelio

Antes había consolado el Señor a los discípulos asegurándoles que después de su partida les enviaría el Espíritu Santo. Ahora les da otro motivo de consuelo: su marcha no será definitiva, sino que volverá a estar con ellos. Sin embargo, los Apóstoles no acaban de entender lo que les quiere decir, y se preguntan unos a otros por el sentido de las palabras del Maestro. El Señor no les da una explicación directa, quizás porque no serían capaces de entender, como en otras ocasiones. En cambio, insiste en la alegría que vendrá después de esa tristeza que ahora les embarga. Y así les anuncia que, después de las tribulaciones, tendrán un gozo cumplido que no perderán jamás. Se refiere ante todo a la alegría de la Resurrección, pero también al encuentro definitivo con Jesús en el Cielo.

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