14ª Semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Oye, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda, no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.
Oración Colecta
Señor Dios, fortaleza de los que en ti esperan, acude, bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin ti nada puede nuestra humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia, para que, en el cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros deseos y acciones.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Mi corazón se conmueve
Lectura del libro del profeta Oseas 11, 1-4. 8c-9
«Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo, dice el Señor. Pero mientras más lo llamaba, más se alejaba de mí; ofrecía sacrificios a los dioses falsos y quemaba ofrendas a los ídolos. Yo enseñé a andar a Efraín, lo llevaba en brazos, pero no comprendían que yo cuidaba de ellos.
Yo los atraía hacia mí con lazos de cariño, con cadenas de amor. Yo fui para ellos como un padre que estrecha a su criatura, y se inclina hacia ella para darle de comer. Mi corazón se conmueve dentro de mí y se inflama toda mi compasión. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; pues yo soy Dios y no hombre, yo soy el Santo que vive en ti y no enemigo a la puerta».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 79
Ven, Señor, a salvarnos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvarnos.
Ven, Señor, a salvarnos.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste.
Ven, Señor, a salvarnos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.
Evangelio
Gratuitamente han recibido este poder, ejérzanlo, pues, gratuitamente
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: «Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino, ni dos túnicas ni sandalias, ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento. Cuando entren en un pueblo o en una aldea, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: “Que haya paz en esta casa”. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacudan el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el alma.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Una sola cosa he pedido y es lo único que busco, habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.
Oración después de la Comunión
Señor, que esta santa comunión, que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.