Memoria de san Benito, Abad
Antífona de Entrada
Hubo un varón de vida venerable, Benito, por gracia y por nombre, “bendecido”, que renunció a su casa y a su herencia, para solamente agradar a Dios, llevando una vida santa.
Oración Colecta
Dios nuestro, que nos has dado en san Benito un maestro admirable de vida consagrada a ti, haz que, según sus enseñanzas antepongamos tu amor a todas las cosas y procuremos el bien de los demás antes que el nuestro.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Purifíquense y aparten de mi vista sus malas acciones
Lectura del libro del profeta Isaías 1, 10-17
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: «¿Qué me importan a mí todos sus sacrificios?, dice el Señor. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; ya no quiero sangre de toros, corderos y cabritos. ¿Quién les ha pedido que me ofrezcan todo eso cuando vienen al templo para visitarme? Dejen ya de pisotear mis atrios y no me traigan dones vacíos ni incienso abominable. Ya no aguanto sus novilunios, sábados y asambleas.
Sus solemnidades y fiestas las detesto; se me han vuelto una carga insoportable. Cuando extienden sus manos para orar, cierro los ojos; aunque multipliquen sus plegarias, no los escucharé. Sus manos están llenas de sangre. Lávense y purifíquense, aparten de mí sus malas acciones; dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien; busquen la justicia, auxilien al oprimido; defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 49
Dios salva al que cumple su voluntad.
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptare becerros de tu casa ni cabritos de tus rebaños.
Dios salva al que cumple su voluntad.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas de toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y hechas en saco roto mis mandatos?
Dios salva al que cumple su voluntad.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
No he venido a traer paz, sino discordia
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 34-42; 11,1
En aquel tiempo Jesús dijo a sus apóstoles: «No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará. Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa». Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de allí para enseñar y predicar en otras ciudades.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en esta festividad de san Benito y haz que, a ejemplo suyo, te busquemos a ti únicamente a fin de que podamos obtener en tu servicio el don de la unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su tiempo la ración de trigo.
Oración después de la Comunión
Señor, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, haz que, según el espíritu de san Benito abad, te sirvamos fielmente y pongamos en práctica un sincero amor fraterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.