Reflexión sobre el Evangelio
«Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur»: El pueblo judío, de modo general, se consideraba el único destinatario de las promesas mesiánicas hechas a los Profetas, pero Jesús declara la universalidad de la salvación. La única condición que exige es la respuesta libre del hombre a la llamada misericordiosa de Dios. Al morir Cristo en la Cruz, el velo del Templo se rasgó por medio, en señal de que acababa la división que separaba a judíos y gentiles.