Reflexión sobre el Evangelio
El discurso en que se incluye el evangelio de hoy concluye con varias enseñanzas del Señor que tienen un común denominador: no hay que atender a las manifestaciones externas de piedad o virtud, sino a la disposición interior. «No está el negocio en tener hábito de religión o no, sino en procurar ejercitar las virtudes y rendir nuestra voluntad a la de Dios en todo y que el concierto de nuestra vida sea lo que Su Majestad ordenare de ella, y que no queramos nosotras que se haga nuestra voluntad, sino la suya» (S. Teresa de Jesús, Morad. 3, 2, 6).