San Pío de Pietrelcina, sacerdote
Antífona de Entrada
Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de júbilo.
Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a san Pío de Pietrelcina, presbítero, la gracia singular de participar de la cruz de tu Hijo, y renovaste, por su ministerio, las maravillas de tu misericordia, concédenos, por su intercesión, que, asociados siempre a los sufrimientos de Cristo, lleguemos felizmente a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Todas las tareas tienen su momento
Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1-11
Hay un tiempo para cada tarea, y todo lo que hacemos bajo el sol tiene su tiempo: Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de curar; tiempo de destruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de gemir, tiempo de bailar; tiempo de lanzar piedras, tiempo de recogerlas; tiempo de abrazarse, tiempo de separarse; tiempo de ganar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz.
¿Qué provecho saca de su trabajo el que se esfuerza? He observado las tareas que Dios ha encomendado a los hombres, para que en ellas se ocupen. Todo lo ha hecho Dios a su debido tiempo y le ha dado el mundo al hombre para que reflexione sobre él; pero el hombre no puede abarcar las obras de Dios del principio hasta el fin.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 143
Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Bendito sea el Señor, mi fortaleza, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para la lucha.
Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Él es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde.
Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Señor, ¿qué es el hombre para que en él te fijes? ¿Qué hay en él de valor para que así lo estimes? El hombre es como un soplo; sus días, como sombra que se extingue.
Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de todos.
Aleluya.
Evangelio
Tú eres el Mesías de Dios. Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,18-22
Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos contestaron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado». Él les dijo: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Respondió Pedro: «El Mesías de Dios». Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: «Es necesario que el Hijo del hombres sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Pío de Pietrelcina, y del mismo modo que, por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos también a nosotros tu perdón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con su deber; yo les aseguro que le confiará todos sus bienes.
Oración después de la Comunión
Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Pío de Pietrelcina, para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.