Memoria de san Vicente de Paul, Presbítero
Antífona de Entrada
El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido, para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos.
Oración Colecta
Dios nuestro, que otorgaste a san Vicente de Paúl una inmensa compasión por los pobres y una gran preocupación por formar sacerdotes que se dedicaran a los más necesitados, concédenos, por su intercesión, compartir en la medida de nuestras fuerzas su entrega evangélica al bien de los pobres de Cristo, que vive y reina contigo.
Amén.
Primera Lectura
¿Para qué dar la luz de la vida a un miserable?
Lectura del libro de Job 3, 1-3. 11. 16. 12-12. 17. 20-23
Job abrió sus labios y maldijo el día de su nacimiento, diciendo: «¡Maldito el día en que nací, la noche en que se dijo: ‘Ha sido concebido un varón’! ¿Por qué no morí en el seno de mi madre? ¿Por qué no perecí al salir de sus entrañas o no fui como un aborto que se entierra, una creatura que no llegó a ver la luz? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me amamantaron?
Ahora dormiría tranquilo y descansaría en paz, con los reyes de la tierra, que se construyen mausoleos, o con los nobles, que amontonan oro y plata en sus palacios. Allí ya no perturban los malvados y forzosamente reposan los inquietos.
¿Para qué dieron la luz de la vida a un miserable, aquel que la pasa en amargura; al que ansía la muerte, que no llega, y la busca como un tesoro escondido; al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir la sepultura; al hombre que no encuentra su camino, porque Dios le ha cerrado las salidas?».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 87
Señor, presta oído a mi clamor.
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Que llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor.
Señor, presta oído a mi clamor.
Porque mi alma está llena de desdichas y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan entre los que bajan a la tumba, soy como un inválido.
Señor, presta oído a mi clamor.
Tengo ya mi lugar entre los muertos, igual que los cadáveres que yacen en las tumbas, de los cuales, Señor, ya no te acuerdas, porque fueron arrancados de tu mano.
Señor, presta oído a mi clamor.
Me has colocado en el fondo de la tumba, en las tinieblas del abismo. Tu cólera pesa sobre mí, y estrellas contra mí todas tus olas.
Señor, presta oído a mi clamor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de todos.
Aleluya.
Evangelio
Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,51-56
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea en Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?» Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que concediste a san Vicente de Paúl imitar con su vida el misterio de redención y de amor que celebraba en la Eucaristía, haz que este mismo sacrificio nos asemeje cada vez más a tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Antífona de la Comunión
Demos gracias al Señor por su misericordia y los prodigios hechos a favor de su pueblo, porque sació a los que tenían sed y dio de comer a los hambrientos.
Oración después de la Comunión
Que esta sagrada comunión nos ayude, Señor, a imitar a tu hijo Jesucristo y a llevar a los pobres, a ejemplo de san Vicente de Paúl, el anuncio y la prueba de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.