Memoria de san Jerónimo, Presbítero y Doctor de la Iglesia
Antífona de Entrada
Que las palabras de Dios estén siempre sobre tus labios; medítalas día y noche, cumple todo lo que manda el Señor para que tu vida tenga sentido y valor.
Oración Colecta
Dios nuestro, tú que otorgaste a san Jerónimo el don de conocer y amar profundamente la Sagrada Escritura, concédenos descubrir en tu palabra la historia de tu amor por nosotros y el camino de nuestra salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la mañana o has llegado hasta donde nace el mar?
Lectura del libro de Job 38, 1.12-21; 40, 3-5
El Señor le habló a Job desde el seno de la tormenta, y le dijo: «¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la mañana o le has señalado su lugar a la aurora, para que agarre la tierra por los bordes y sacuda de ella a los malvados; para que ponga de relieve sus contornos y la tiña de colores como la ropa; para que prive de la luz a los malvados y acabe con el poder del criminal? ¿Has llegado hasta dónde nace el mar o te has paseado por el fondo del océano? ¿Se te han franqueado las puertas de la Muerte o has visto los portones del país de las Sombras? ¿Has calculado la anchura de la tierra? Dímelo, si lo sabes todo. ¿Sabes en dónde vive la luz y dónde habitan las tinieblas? ¿Podrías conducirlas a su país o enseñarles el camino de su casa? Si lo sabes, es que para entonces tú ya habrías nacido y el número de tus años sería incontable».
Job le respondió al Señor: «He hablado a la ligera, ¿qué puedo responder? Me taparé la boca con la mano; he estado hablando y ya no insistiré más; ya no volveré a hablar».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 138
Condúceme, Señor, por tu camino.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
Condúceme, Señor, por tu camino.
Apenas la palabra está en mi boca, y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y tienes puestas sobre mí tu mano. Esta es una ciencia es misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo.
Condúceme, Señor, por tu camino.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: «No endurezcan su corazón».
Aleluya.
Evangelio
El que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 13-16
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, vestidas de luto y sentadas sobre ceniza. Por eso, el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaum, ¿crees que serás elevada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo».
Luego, Jesús dijo a sus discípulos: «El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, nuestros dones y haz que, iluminados interiormente por tu palabra, a ejemplo de san Jerónimo, nos acerquemos con fe viva a tu altar para ofrecerte el sacrificio de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor.
Oración después de la Comunión
Que esta Eucaristía que hemos celebrado en la festividad de san Jerónimo ilumine, Señor, nuestro espíritu, para que podamos encontrar en tu Evangelio el camino, la verdad y la vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.