Reflexión sobre el evangelio
La enseñanza sobre el temor es complementada con los versículos siguientes, donde se nos enseña que Dios es el buen Padre que vela por todos nosotros, mucho más que por esos pajarillos a los que tampoco olvida. Así, pues, nuestro temor a Dios no ha de ser servil –fundado en el miedo al castigo–, sino un temor filial –el de quien no quiere disgustar a su padre–, y que se alimenta de la confianza en la divina Providencia.