Memoria de santa Teresa de Ávila, Virgen y Doctora de la Iglesia
Antífona de Entrada
Como la cierva busca el agua de los ríos, así mi alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed de Dios, del Dios vivo.
Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu impulsaste a santa Teresa de Jesús a renovar en la Iglesia la vida religiosa, concédenos, por su intercesión, un ardiente deseo de renovar nuestra vida cristiana y de servirte con alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Constituyó a Cristo como Cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 15-23
Hermanos: Me he enterado de su fe en el Señor Jesús y del amor que demuestran a todos los hermanos, por lo cual no dejo de dar gracias por ustedes, ni de recordarlos en mis oraciones, y le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de reflexión para conocerlo.
Le pido que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que confiamos en él, por la eficacia de su fuerza poderosa.
Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima de todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por encima de cualquier persona, no sólo del mundo actual, sino también del futuro. Todo lo puso bajo sus pies, y a él mismo lo constituyó Cabeza suprema de la Iglesia. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo consuma todo en todos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 8
¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! Tu grandeza sobrepasa los cielos y hasta los niños de pecho te dan alabanza perfecta.
¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que de él te preocupes?
¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
Lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies.
¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El espíritu de verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y también ustedes serán mis testigos.
Aleluya.
Evangelio
El Espíritu Santo les enseñará lo que convenga decir
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá abiertamente ante los ángeles de Dios; pero si uno me niega ante los hombres, también yo lo negaré ante los ángeles de Dios. Quien hable mal del Hijo del hombre, se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando los lleven a las sinagogas, ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos celebrar esta Eucaristía, con el mismo fervor con que santa Teresa de Jesús se consagró a tu Hijo y al servicio de la Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Cantaré tus misericordias, Señor, eternamente y proclamaré tu fidelidad de generación en generación.
Oración después de la Comunión
Tú, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, que, a ejemplo de santa Teresa de Jesús, no nos cansemos nunca de cantar las maravillas de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.