28ª Semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Por serte fiel, yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero saciarme de gloria.
Oración Colecta
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre significa.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Ya antes esperábamos en Cristo. Ustedes han sido marcados con el Espíritu Santo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 11-14
Hermanos: Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad. Así nosotros, los que tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, seremos alabanza de su gloria. En él, también ustedes, después de escuchar la palabra de la verdad, el Evangelio de su salvación, al creer en Cristo han sido marcados con el Espíritu Santo prometido. Este Espíritu es la garantía de nuestra herencia, mientras llega la liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 32
Alabemos al Señor con alegría.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos.
Alabemos al Señor con alegría.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.
Alabemos al Señor con alegría.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo, el Señor, atentamente mira a todos los hombres.
Alabemos al Señor con alegría.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti hemos confiado.
Aleluya.
Evangelio
Todos los cabellos de su cabeza están contados
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 1-7
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes digan en la oscuridad, se repetirá a plena luz, y lo que digan en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.
Yo les digo a ustedes, amigos míos: no teman a los que matan el cuerpo, pero después ya no pueden hacer más. Les voy a decir a quién han de temer: teman al que tiene poder para matar y después arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: a él sí tienen que temer. ¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no teman; porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos, sirvan a tus fieles para crecer en santidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
Oración después de la Comunión
Alimentados con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que, participando frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.